La Almohada
La forma de dormir: boca arriba, de lado, boca abajo
Para descansar boca arriba o si cambiamos mucho de postura, recomendamos una almohada de firmeza y grosor intermedios.
Para las personas que duermen boca abajo, partiendo de la base de que no es una postura recomendable, se recomienda una almohada con firmeza baja y muy fina.
Si duermes de lado la almohada deberá ser bastante gruesa para que el cuello no se apoye en el hombro, provocando dolencias y malestar, y lo haga sobre la almohada. En este caso la finalidad de la almohada es conseguir que el cuello se mantenga sobre el eje de la columna, y no más bajo que es lo que sucedería si no tiene el grosor suficiente.
El relleno de la almohada
Las almohadas de plumas, plumón o fibras sintéticas son muy esponjosas y pueden parecer perfectas precisamente por este aspecto, pero solo son recomendables para aquellas personas que duerman boca abajo y no padezcan ningún tipo de dolencias en cuello ni espalda puesto que el relleno tiende apelmazarse con el uso y no siempre ofrece el soporte adecuado.
Las almohadas con sistema de memoria son las más recomendadas por su adaptabilidad. Estas almohadas son perfectas para aquellas personas que se mueven mucho cuando duermen. Con estas carcaterísticas, encontramos las almohadas de látex y las viscoelásticas. Las almohadas de látex son de textura suave y favorecen la movilidad; las viscoélasticas, en cambio, son más adaptables y, por tanto, reducen la presión y la necesidad de moverse durante la noche.
Además de ofrecer un perfecto descanso, las almohadas viscoelásticas son ideales para todas aquellas personas que sufren dolencias cervicales, de espalda, migrañas o jaquecas, por su perfecta adaptabilidad y firmeza que actúan sobre las zonas afectadas. Incluso hay almohadas viscoelásticas diseñadas especialmente para tratar problemas cervicales.
No te guíes por el precio, escoger la almohada más barata puede ser un gran error
Las almohadas de bajo coste acostumbran a ser de baja calidad y, por tanto, no suelen ser las más indicadas para la salud y el bienestar. Comprar la almohada adecuada, a pesar de tener un coste algo más elevado, supone una inversión a largo plazo. Las de bajo coste, en cambio, deberás cambiarlas al año o año y medio de adquirirlas.
Siempre es recomendable utilizar fundas de protección Impermeables-Transpirables, para mantener nuestra almohada limpia por dentro. Un buen ejemplo de estas fundas son las de Tencel, que actúan como una segunda piel.